En la clase de la semana pasada, la maestra nos enseñó el poder del viento y para ello hicimos un barrilete o molinillo como algunos lo conocen, luego salimos al patio y mientras el viento soplaba y chocaba en mi cara, también tocó el barrilete hasta hacerlo girar, por algunos momentos con más fuerza que parecía que el juguete quisiera volar. Después de esta práctica, entramos al salón y la maestra nos platicó que este rehilete ha servido de modelo para construir otros inventos que aprovechan la fuerza del viento, como los antiguos marineros que exploraban el mundo a bordo de sus barcos que navegaban con el empuje del viento que capturaban las velas, o los agricultores que utilizan molinillos de viento para moler granos y bombear agua. Pero no son los únicos bene cios que sopla el viento, ya que ingenieros, investigadores y cientí cos han encontrado la manera de producir energía eléctrica con el movimiento del aire. Proviene de la naturaleza, nunca se termina, no contamina y lo mejor de todo, es gratuita, así es la energía eólica que es captada por los aerogeneradores. Estos aparatos son la versión mejorada de los molinos de viento, su funcionamiento es sencillo ya que el aire pasa sobre las palas o aspas y provoca una fuerza giratoria que cada vez es más rápida, esta se concentra en una caja o góndola y ahí inicia el proceso para generar energía eléctrica. Con esta idea, en diferentes partes del mundo se han abierto parques eólicos, no son como los que conocemos, con juegos y muchos árboles alrededor, ya que en estos parques lo único que se puede ver, son aerogeneradores plantados por todas partes, además nos hay casas o edi cios cercanos porque estas máquinas funcionan mejor en lugares altos donde el viento sopla más fuerte como son montañas o colinas. Por lo pronto, la electricidad que producen llega a muchas casas de una forma amigable con el medio ambiente.
Alejandro González Calderón, Emma Marcela Pérez Rodríguez
OBJETIVO: Fortalecer la ortografía, comprensión lectora y lógica verbal en los estudiantes.