Imagina que tu país es ocupado por otro país y regido por una dictadura. Aunque los ocupantes han traído mejoras en infraestructura y han impulsado el desarrollo económico, lo han hecho principalmente en su propio interés, y cualquier beneficio que pudiera reportarle a la población local es solo accidental.
Además, tú formas parte de un grupo étnico y cultural mayoritario que es excluido del poder y discriminado en lo que respecta al acceso a la atención sanitaria, la educación y el empleo. Cualquier opositor al régimen puede ser objeto de detenciones arbitrarias, prisión sin juicio, torturas y ejecuciones ilegales.
Tus amigos y tú creen que es hora de actuar pero están en desventaja por el sistema político vigente y no tienen acceso a la policía o las fuerzas armadas. Parece que la única alternativa pasa por organizar una campaña terrorista contra los ocupantes y la dictadura. Estarían siguiendo muchos ejemplos de la historia, como la guerra de la Independencia de Estados Unidos, la Revolución francesa y Rusa y la lucha contra el apartheid en Sudáfrica, que recurrieron a la violencia cuando fallaron los otros métodos. Para sus enemigos, los rebeldes y revolucionarios eran terroristas, pero ellos se consideraban combatientes por la libertad.
ACTIVIDAD
A LOS GRUPOS QUE LUCHAN CONTRA EL ESTADO ESTABLECIDO O CONTRA UN PODER COLONIAL CON FRECUENCIA SE LES HA LLAMADO “TERRORISTAS”. ¿PERO ESTÁ JUSTIFICADA SIEMPRE ESTA ETIQUETA? ¿CUÁNDO SE CONVIERTEN LOS TERRORISTAS EN “COMBATIENTES POR LA LIBERTAD”?