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La policía está haciendo una carretera muy transitada en busca de drogas, armas de fuego sin licencia y otras mercancías ilegales de contrabando.


Han parado a tres coches para registrarlos. El primer es un BMW conducido por un hombre de veintimuchos; el segundo es un todoterreno de una mujer de mediana edad y el tercero, el sedán de una pareja de unos sesenta años. Los tres conductores son negros. La edad y el género no parecen estar entre los criterios que aplica la policía para elegir a qué coches parar; el principal (sino único) criterio parece ser la raza.


El conductor más joven, al entender que los agentes están aplicando perfiles raciales (buscando sospechosos solo por su raza), se queja de que es un caso claro de discriminación y que se están vulnerando sus derechos humanos. A la señora de mediana edad le preocupa más el trastorno de su jornada laboral que sus derechos humanos. La suelen parar, lo que la molesta profundamente. La pareja mayor, en cambio, aplaude que se apliquen esos perfiles raciales, porque ellos mismos han sido víctimas de un delito cometido por miembros de su propia comunidad, que históricamente siempre ha sido infra vigilada.


ACTIVIDAD


CON RECURSOS LIMITADOS, ALGUNAS FUERZAS POLICIALES PODRÍAN ALEGAR QUE BUSCAN SOSPECHOSOS POR RAZÓN DE RAZA ES UNA FORMA RENTABLE DE COMBATIR LA DELINCUENCIA. ¿PERO ESTA PROVOCANDO ESTO QUE SE DETERIOREN LAS RELACIONES CON LA COMUNIDAD?

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