Eres un médico especialista que está tratando a un hombre de mediana edad que ha sido sometido a una cirugía importante y está teniendo fuertes dolores. Los opiáceos habituales resultan ineficaces para controlar el dolor, y el paciente ha pedido más medicación. Una dosis mayor de opiáceos se considera peligrosa y quizás no resulte más eficaz, así que le explicas que una inyección de solución salina (agua salada, es decir, un placebo) en combinación con el analgésico ha demostrado su eficacia en otras ocasiones.
Las inyecciones producen el efecto analgésico deseado, aliviando los síntomas del paciente. No dijiste una mentira descarada, pero tampoco fuiste muy pródigo con la verdad. No obstante, al paciente lo tranquilizó tu actitud profesional y que le dijeras que el placebo iba a funcionar.
ACTIVIDAD
LOS PLACEBOS SIGUEN SIENDO UN MISTERIO PARA LA CIENCIA MÉDICA, PERO SI FUNCIONAN, ¿DEBERÍAN LOS MÉDICOS PODER RECETARLOS, AUNQUE A VECES SUPONGA ENGAÑAR A SUS PACIENTES?