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Al día siguiente, en el jardín donde los párpados habían caído, vio dos delicados arbustos. De pronto, una extraña voz le decía que si quería conservarse siempre alerta y vigilante, lo único que tendría que hacer sería hervir las hojas de aquellos arbustos y beber su agua diariamente. Así, nacerían de nuevo sus párpados y no volvería a perder la confianza al quedarse dormido. Los párpados del yoghi, enemigo del sueño, se había transformado en arbolitos de té.



OBJETIVO: Fortalecer la ortografía, comprensión lectora y lógica verbal en los estudiantes.


Actividad de Compresión lectora


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